Si eres de los que retuitea frases de iFilosofía,
llena su Facebook con citas de Coelho, y se siente inspirado por las
ideas de Deepak Chopra, este estudio no te va a gustar. Lo ha escrito un
grupo de expertos en psicología cognitiva de la Universidad de Waterloo, y explica cómo funciona la mente de las personas que creen en esta palabrería.
El estudio lleva por título: Sobre la recepción y detección de tonterías pseudo-profundas. (On the reception and detection of pseudo-profound bullshit) y acaba de publicarse en la revista de psicología Judgment and Decision Making. Por tonterías pseudo-profundas, entienden lo siguiente:
Se trata de afirmaciones aparentemente impresionantes que se presentan como verdaderas y llenas de significado, pero que en realidad están vacías de contenido.El estudio pone como ejemplos la práctica totalidad de los tuits de Deepak Chopra. El comunicador y conferencista indio es uno de los principales defensores de la espiritualidad y el supuesto poder de la mente en la curación médica. Su cuenta en Twitter está llena de perlas como esta:
Menor inteligencia verbal
En esencia, lo que el psicólogo Gordon Pennycook, principal autor del estudio, y sus colegas han encontrado es que las personas propensas a creer en este tipo de discurso tienen algunas carencias en inteligencia y fluidez verbales, así como una marcada tendencia a la ideación conspirativa. También se trata de personas más propensas a dar crédito a técnicas de medicina alternativa.Twitter es un medio especialmente bueno para la difusión de estos contenidos debido a su limitación de caracteres pero, aparte de analizar los tuits de Chopra, los autores del estudio realizaron una batería de pruebas. En ellas se mostraron a un grupo de voluntarios diferentes frases cuya sintaxis es correcta, pero no son más que series de palabras sin ningún sentido como:
El significado oculto se transforma en incomparable belleza abstracta.Esta última frase es, de hecho, de la cuenta oficial de Chopra. Al pedirles a los voluntarios de la prueba que analizaran las frases de forma razonada, algunas de ellos mostraron problemas al distinguir la vaguedad de las afirmaciones.
La atención y la intención son la mecánica de la manifestación.
La sola presencia de palabras con un significado abstracto o profundo como oculto, belleza o manifestación son suficientes como para que muchos sujetos perciban las frases como profundas y significativas. De hecho, esta tendencia se mantiene si se cambia el orden de las palabras:
La belleza abstracta se transforma en incomparable significado oculto.Pennycook explica que la credulidad (o incredulidad) hacia los discursos vacuos es una cuestión de mente abierta, pero respaldada con un criterio racional:
Es una cuestión de tener la mente abierta, pero no tan abierta que se nos caiga el cerebro. En este sentido es necesario destacar la diferencia entre mente abierta acrítica o irreflexiva, y mente abierta pensativa o reflexiva. La primera es más propensa a aceptar cualquier información sin procesarla demasiado. El segundo tipo resulta en una mentalidad que busca información como un medio para facilitar el análisis crítico y la reflexión.El estudio también analiza la capacidad de los sujetos de creer en sucesos irracionales o sobrenaturales y termina explicando cómo combatir la credulidad. La vacuna contra estas tonterías pseudo-profundas suele pasar por desarrollar nuestra capacidad de análisis verbal y una sana dosis de escepticismo hacia los fenómenos paranormales. [Judgement and Decision Making vía Forbes]
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