El avión espía Lockheed U-2 (o “Dragon Lady”) es un avión extremadamente difícil de pilotar
(sobre todo en su despegue y aterrizaje), y cada cierto tiempo debe ser
inspeccionado al detalle, por lo cual los ingenieros y técnicos lo
desmontan por completo y analizan pieza a pieza.
El proceso es realizado cada 4.700 horas de vuelo de uno de estos aviones, y consiste en revisar detalladamente cada una de las partes de su estructura, lo que supone unas 1.800 piezas individuales, después de lo cual vuelven a ser ensambladas y el avión puesto en marcha para nuevas misiones.
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