El libro
El mito de la dieta propone que la clave para tener un
peso normal no está en la restricción de calorías sino en la variedad de
especies de microbios que habitan el cuerpo humano. Infobae consultó a
su autor, el británico Tim Spector
El profesor Tim Spector, un especialista en genética de referencia global, director de departamento en King's College, Londres, publicó un libro que promete revolucionar el enfoque de los planes para adelgazar:
The Diet Myth: The Real Science Behind What We Eat (El mito de la dieta: la ciencia verdadera detrás de lo que comemos).
Su hipótesis es que
las bacterias que viven en el tracto digestivo poseen la clave para regular el peso.
Una gran variedad de bacterias benéficas permite mantener un peso sano,
mientras que si algunas de esas especies mueren y su lugar lo ocupan
bacterias tóxicas, las personas engordan.
¿Y por qué prevalecerían las bacterias tóxicas? La dieta occidental, con sus
azúcares y sus alimentos procesados,
les facilita lo que necesitan para reproducirse, mientras que quita los
nutrientes necesarios para las bacterias benéficas. También
el abuso
de los antibióticos y las cesáreas, el sedentarismo y la comida
chatarra son el caldo de cultivo perfecto para las bacterias tóxicas. Y, por ende, para el aumento de peso promedio de las personas, que se verifica desde hace tres décadas, y de las epidemias de obesidad y de diabetes que presentan un riesgo para la salud pública, según dijo el profesor Spector en diálogo con Infobae:
—¿Es posible pensar que las bacterias son responsables en buena parte de las epidemias de obesidad y diabetes? ¿Qué sucede con el azúcar y los ingredientes de las comidas procesadas?
—La epidemia actual de obesidad y diabetes está influida por distintos factores, pero entre ellos es clave
el deterioro de la salud de nuestros microbios intestinales
durante los últimos 30 años. Por nuestros estudios en hermanos gemelos
sabemos que la gente obesa tiene microbios intestinales anormales en
comparación con la gente delgada, y también sabemos que si los microbios
de las personas gordas se transplantan en ratones, los ratones
engordan. El problema principal es la falta de diversidad de especies en
las personas obesas.
Hemos perdido alrededor del 30% de los
microbios intestinales en comparación con las tribus que viven en el
Amazonas. Cuantas más especies uno tenga, más saludable uno es. Los
genes también son importantes en la obesidad, ya que son un rasgo de
familia, pero si una persona tiene microbios intestinales saludables
puede no engordar jamás.
No sólo la obesidad es una epidemia. También "el ritual de hacer dieta" lo es
La plaga de las dietas
No sólo la obesidad es una epidemia. También "el ritual de hacer dieta" lo es, según se lee en
The Diet Myth.
"La
quinta parte de la población del Reino Unidos está en alguna forma de
dieta en todo momento, y no obstante la cintura nos sigue aumentando a
razón de una pulgada (2,54 centímetros) por década. Los hombres y las
mujeres británicos tienen hoy en promedio una cintura de 38 y 34
pulgadas (96,5 y 86,4 centímetros) respectivamente, y ambos siguen en
aumento, lo cual lleva a más y más problemas de salud relacionados, como
diabetes, artritis en las rodillas e inclusive cáncer de mama, cuya
tasa aumenta una tercera parte por cada aumento en el talle de los
pantalones y las camisas", escribió el profesor Spector.
En su
investigación para el libro halló que durante los últimos 30 años "casi
todos los componentes de nuestra dieta han sido destacados como el
villano por distintos expertos". No obstante, la identificación de cada
uno sólo condujo a diferentes deterioros de los hábitos alimenticios.
"Hay alternativas innumerables: me asombró encontrar más de 30.000
libros disponibles, con sus páginas de internet y su
merchandising, que promueven diferentes dietas y suplementos, que van desde lo razonable hasta lo peligroso y loco", sigue el libro.
—¿Qué relación hay entre dietas y microbios intestinales?
—Las
diestas son una de las razones para el deterioro de nuestros microbios.
Lo que comemos ha cambiado en tanto comemos alimentos procesados con
sólo unos pocos ingredientes, a los que les faltan fibras y en cambio
tienen químicos y conservantes que lastiman a nuestros microbios.
Comemos muy poca fibra, de la cual nuestros microbios dependen para
sobrevivir. Esto, más la falta de verdadera diversidad alimentaria,
causa la epidemia [de obesidad, y diabetes].
Una
gran variedad de bacterias benéficas permite mantener un peso sano,
mientras que si algunas de esas especies mueren y su lugar lo ocupan
bacterias tóxicas, las personas engordan. Los alimentos procesados y los microbios malos
Según el especialista,
hace
15.000 años el ser humano ingería 150 ingredientes diferentes por
semana. Hoy en día la mayor parte de la población consume menos de 20
comidas diferentes, y muchas de ellas son refinadas de manera
artificial. No asombra que el hombre moderno tenga sólo una fracción de
las especies de microbios intestinales que sus ancestros.
Para probar qué sucede cuando una persona come comida chatarra, el profesor Spector
pidió a su hijo Tom, de 22 años, que durante diez días se alimentara
sólo de Big Macs, McNuggets, papas fritas, helado y gaseosa con azúcar.
El joven estudiante universitario se sintió hinchado con menos energía
al promediar la prueba; hacia el final, sudaba cada vez que comía.
Aumentó 4 libras.
—¿Qué sucedió con las bacterias de su hijo Tom?
—En diez días perdió el 40% de sus microbios.
La buena noticia es que la tendencia es reversible:
"Se los puede recuperar con una dieta saludable —agregó Spector—,
aunque el reemplazo de las especies que se extinguieron puede llevar
tiempo".
En el libro, el especialista desarrolló una idea sobre
por qué, si se sabe que las comidas procesadas de alto contenido de
grasa y azúcar son malas, se las sigue comiendo. "¿Qué controla ese
deseo interior? Podrían ser los microbios de cada quien", escribió.
"Cada especie de microbios prefiere una cierta fuente de alimentación,
que les permite nutrirse y reproducirse. Por ende tienen su propio
impulso evolucionario para mantener su nicho ecológico y harán lo
posible para asegurar su supervivencia. Esto incluye enviar señales al
humano anfitrión de que quieren más de la misma comida chatarra en la
que prosperan".
Entre los genes y los hábitos
La especialidad del profesor Spector son los hermanos gemelos.
Durante más de dos décadas siguió a 11.000 para distinguir el papel de
los factores genéticos —iguales en el caso de los gemelos— y el papel
del ambiente, el estilo de vida y los hábitos alimenticios en la salud
de las personas.
"Dado que son, en efecto, clones genéticos y
comparten el mismo ADN, esto muestra la importancia de los factores
genéticos, que explican entre el 60% y el 70% de las diferencias entre
las personas", se lee en
The Diet Myth. "En promedio, los
hermanos gemelos adultos tienen menos de un kilo de diferencia en su
peso. Estas similitudes genéticas se extienden a otras características
relacionadas, que también hemos explorado, como los porcentajes de
músculo y grasa, y exactamente dónde se deposita la grasa en el cuerpo".
Sin
embargo, existen diferencias. "Los hermanos gemelos a veces pueden
tener cinturas muy diferentes a pesar de tener los mismos genes" (...)
Además, los facores genéticos en sí no alcanzan a explicar cómo la
población obesa del Reino Unido era el 7% en la década de 1980 y ahora
es del 24 por ciento. "Claramente hay otros factores involucrados. El
siglo XXI ha logrado descrubrimientos importantes en la genética de la
obesidad y la química cerebral", reconoció, Pero "es posible que hayamos
estando ignorando otro factor importante que influye en nuestra dieta y
nuestra salud: que nuestros pequeños microbios intestinales pueden
tener la respuesta a nuestra epidemia moderna de obesidad".
El microbioma: un mundo dentro del cuerpo
En
uno de sus experimentos, el científico halló que los hermanos gemelos
con una misma dieta de 1.000 calorías extra por día no aumentaban de
peso el mismo modo: algunos llegaron hasta a aumentar 13 kilos, y otros
sólo 4. Entonces pensó más allá de las calorías y el ejercicio, y
reforzó su hipótesis sobre los microbios en el intestino.
—¿Cuánto
sabe la ciencia de las 1.200 especies diferentes de bacterias que
habitan el colon, y de sus mecanismos reguladores de la nutrición y el
peso?
—Apenas estamos comenzando a comprender los muchos papeles que los microbios
juegan en nuestros cuerpos —dijo Spector a Infobae—. Sabemos que no
podemos vivir sin ellas dado que son clave para nuestra capacidad de
digerir alimentos, y extraer los nutrientes y las calorías.
¿De qué manera?
—La mayor parte de las frutas,
los vegetales y los granos no se pueden digerir sin los microbios porque
ellos tienen miles de enzimas especiales que los humanos no tenemos.
Son clave para nuestro sistema inmunológico normal y lo mantienen a raya
y tranquilo al segregar pequeñas cantidades de químicos (llamados
SCFAs) que se dirigen a las células del sistema inmunológico en la pared
de nuestro intestino y en la sangre. Producen al menos el 25% de las
vitaminas del cuerpo y también de las hormonas y los químicos que pueden
afectar nuestro ánimo. Tienen 100 veces más genes que nosotros por lo
cual tienen muchos más recursos para producir químicos y enzimas que
nosotros. Este campo es nuevo y fascinante, y todavía sabemos poco de
cómo funcionan estos mecanismos.
—¿Cuál es el vínculo entre el ejercicio y las bacterias de los intestinos?
—El
ejercicio también es bueno para los microbios y está asociado a una
mayor diversidad, aunque curiosamente hacer ejercicio solamente no hace
que uno adelgace, sólo que sea más saludable.
Contra el abuso de antibióticos y cesáreas
"Los
microbios son formas de vida primitivas que fueron los primeros
habitantes de la Tierra", escribió el profesor de King's College en su
libro. "Nuestros cuerpos contienen 100 billones,
y sólo las de nuestro intestino pesan más de 4 libras (2 kilos)".
Aunque en general tienen mala prensa, pero "menos de una pequeña
fracción de las millones de especies es dañina para nosotros, y la
mayoría, en realidad, son centrales para la salud", se lee en
The Diet Myth.
"Los microbios no sólo son esenciales para la digestión de los
alimentos: controlan las calorías que absorbemos y proveen enzimas y
vitaminas vitales, a la vez que mantienen saludable nuestro sistema
inmunológico. Durante millones de años hemos evolucionado con los
microbios para nuestra supervivencia mutua, y sólo recientemente este
afinamiento y esta selección han salido mal".
—Además de la dieta, ¿qué otros elementos disminuyen la diversidad de bacterias?
—El
deterioro de nuestros microbios se debe a varios factores. Entre ellos
el abuso de los antibióticos: esto ha sido claramente vinculado a la
obesidad en personas que toman demasiados antibióticos, y un problema
especial en la infancia. También el abuso de las cesáreas: esto impide
el crecimiento normal de los microbios en los bebés, y con tasas del 30%
en los Estados Unidos y de más del 50% en México y Brasil, es un
problema mayor. Los bebés que nacen así engordan más.
La
importancia del contacto del bebé con las bacterias en el canal vaginal
de la madre durante el parto se desarrolla también en el libro: "Aunque
todos nacemos libres de microbios, este estado dura apenas unos
milisegundos. El proceso de la colonización por los microbios no es
azaroso en absoluto y ha sido planeado y afinado durante millones de
años. Tanto los microbios como el bebé dependen entre sí para su
supervivencia y su salud".
¿Bacterias para adelgazar?
Según The Diet Myth,
el ADN de los microbios en el intestino humano es un predictor mucho
mejor de la obesidad que el análisis de los 20.000 genes de la persona.
"Las diferencias en nuestros microbios individuales pueden explicar por
qué una dieta baja en grasa funciona para algunas personas, mientras una
dieta alta en grasas está bien para algunos y es peligrosa para otros",
escribió Spector.
—Si las bacterias tóxicas pueden hacer que la gente engorde, ¿las bacterias benéficas podrían tener el efecto opuesto?
—Son
pocos los microbios dañinos que pueden hacer que la gente engorde, la
mayoría son benéficos. Identificamos un microbio, llamado
Christensenella, que sólo aparece en la gente delgada, y cuando se lo
dimos a los ratones impidió que engordaran.
—¿Es posible
que hacer dieta (contar calorías, controlar los carbohidratos,
reemplazar el azúcar, eliminar el alcohol y también ciertas clases de
alimentos como el chocolate y el queso) ser peligroso? ¿O habría que
pensar en una dieta que mejore la diversidad de los microbios
intestinales?
—Todo el mundo puede perder peso y mejorar
su salud si se olvida de contar calorías, comer alimentos bajos en
grasa, hacer dietas relámpago y controlar los índices glicéricos de los
alimentos y en cambio se concentra en mejorar su salud intestinal al
ingerir una variedad amplia de comida verdadera, incluidos alimentos
fermentados como el yogurt, el kefir, los quesos y los pickles. Si uno
quiere comenzar una dieta puede tratar de eliminar la carne y los ayunos
intermitentes, lo cual le permitiría mantener un rango diverso de
alimentos. La diversidad es la clave. Y recordemos que con 100 billones
de microbios en nuestro interior, nadie necesita comer solo nunca.
Cuanto más diversa sea la dieta —con frutas y vegetales, y un estilo de dieta mediterránea— más sanos y variados serán los microbios.
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