Hasta ahora habíamos visto soluciones muy
inusuales para abatir drones que sobrevuelan zonas no autorizadas. En
Estados Unidos, por ejemplo se lían a tiros o lanzan redes. En Japón prueban con un dron más grande armado también con redes. En Holanda han descubierto un método más efectivo: la cetrería.
Nada como un águila bien entrenado para derribar del cielo cualquier
objeto volador, ya se alimente de alpiste o de baterías de litio. De
momento no está garantizado que la policía nacional del país vaya a
adoptar las aves en su lucha por abatir drones no autorizados. También
están probando tras soluciones como los rifles que interfieren el vehículo y lo obligan a bajar.
La ventaja de los halcones es que es sencillo entrenarles para que
ataquen drones identificándolos por su característico zumbido. También
son especialmente hábiles en atrapar los cuadricópteros por la parte en
la que no están los rotores. Finalmente, tienen la ventaja de que no
dejan caer el vehículo con la posibilidad de que se estrelle sobre la
cabeza de nadie, sino que se lo llevan hasta un lugar seguro.
Aún hay incógnitas sobre este método. La principal es averiguar cuál
es el límite de tamaño de dron que un águila puede neutralizar sin
hacerse daño con las aspas. Con los DJI Phantom no hay problema, pero
los drones profesionales de grabación son otro asunto. Los responsables
del proyecto tomarán una decisión en los próximos meses. [ Netherlands National Police vía Reddit e IEEE Spectrum]
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