Cuando imaginamos un robot pensamos en movimientos
pausados, toscos y en definitiva “robóticos” (de ahí lo del baile del
robot). Pero los ingenieros llevan tiempo trabajando en una nueva
robótica blanda, con máquinas que puedan reptar como serpientes o atrapar cosas con sus tentáculos como los pulpos.
Un equipo de investigadores italianos lleva varios años perfeccionando un tentáculo artificial inspirado en los del pulpo. Sus cables y resortes internos imitan a la perfección los músculos del cefalópodo: pueden alargarse, contraerse, ponerse rígidos, rizarse y ondularse con destreza animal.
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