Los científicos le han llamado Culex pipiens molestus y se trata de una especie que se ha adaptado a vivir bajo el subsuelo: no necesitan mucho espacio para aparearse y no hibernan en invierno, como hacen la gran mayoría de especies de mosquitos. Pero quizá lo que más ha llamado la atención de la ciencia es que su platillo favorito es la sangre humana.
Debido a que se han desarrollado y han evolucionado en espacios subterráneos, donde no hay pájaros -la especie de l que se alimentan la mayoría de mosquitos-, los Culex pipiens molestus han tenido que alimentarse de la sangre de ratas y, por supuesto, de seres humanos.
Katharine Byrne, una estudiante de doctorado en Londres, ha llamado la atención hacia esta especie de mosquitos que fue descubierta durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial en al capital inglesa, cuando los túneles del metro fueron utilizados como refugios antibombas.
Byrne recogió mosquitos de 7 lugares distintos del metro de Londres para estudiarlos, pero se sabe que esta especie vive en todas las construcciones subterráneas hechas por el hombre.
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