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Más allá de la higiene necesaria, varias investigaciones sugieren que ingresar a la ducha produce inspiración y beneficia al funcionamiento neuronal. Las claves de un hábito que mejora el humor
Libera el inconsciente. Un artículo publicado en la revista Mental Floss aseguró que "esas revelaciones intuitivas que sorprenden en forma favorable a una persona cuando se ducha se debe a lo que en la psicología se conoce como incubación". Este fenómeno consiste en enchufar el "piloto automático" cuando se realizan actos rutinarios que no requieren trabajo intelectual, o lo que es lo mismo, dejar el inconsciente se ponga divagar y jugar con ocurrencias sencillas.
Alice Flaherty, neuróloga del Hospital General de Massachusetts, Estados Unidos, aseguró que "el ingrediente biológico fundamental en la incubación es la dopamina, el neurotransmisor que se libera cuando una persona se relaja y lo dota de una mayor motivación y de un número más elevado de ideas productivas, de manera que a más relajación, más dopamina, y a más dopamina, mayor capacidad creativa".
En lo que respecta a la salud e higiene, la dermatóloga Silvia Misuriello (MN 74.587) le dijo a Infobae que "no es malo ducharse a diario, aunque para responder en forma específica hay que evaluar la piel de cada persona. En términos generales, no debería producir ninguna consecuencia negativa".
Sin embargo, abusar de los jabones y del agua puede derivar en una piel seca e irritada. Es por eso que la clave es el equilibrio. "Bañarse cinco veces al día no es necesario, pero tampoco es bueno dejar la higiene de lado", aclaró Misuriello.
En ese baño diario, existen una serie de claves que sí es conveniente cumplir. "Por un lado el tema de los jabones. No es bueno abusar en algunas partes del cuerpo ya que pueden secar la piel. En las zonas más sensibles -genitales, pies, axilas y manos- sí es necesario un enjabonado correcto", dijo Misuriello
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