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Un retrato en carbón







Como equipo de producción y dirección de Muerte Por Mil Cortes, nos enorgullece profundamente el éxito que ha tenido nuestro documental y el tremendo apoyo que hemos recibido a nivel nacional en la República Dominicana.
Después de un exitoso estreno mundial en el festival de cine HotDocs en Toronto, Canadá, la película fue premiada como mejor documental en el Festival Internacional de Cine de Seattle y ha sido exhibida en festivales alrededor del mundo. Audiencias en Europa, Colombia, México, y por todo Estados Unidos se han mostrado impactadas y consternadas por la delicada situación que se vive en la frontera entre Haití y la República Dominicana, e impresionadas de cómo la situación en la isla sirve de advertencia para el resto del mundo.
Sin embargo, más allá del gran éxito que ha tenido Muerte por Mil Cortes en el circuito internacional de festivales, quizás lo más importante para nosotros es el fuerte impacto que ha tenido, tanto en Haití como en República Dominicana. Aunque nuestro plan de distribución e impacto en Haití apenas comienza, vemos un gran potencial para que la película genere un diálogo acerca de la compleja economía del carbón y la necesidad de buscar alternativas energéticas.
En la primera presentación que realizamos en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Haití, la sesión de preguntas y respuestas produjo un debate intenso de casi una hora entre los participantes sobre el papel integral de Haití en solucionar el reto del consumo de carbón vegetal. Nos sorprendió que después de que uno de los participantes expresó su inconformidad con la representación de los haitianos en la película, varios participantes con larga trayectoria trabajando en la frontera en proyectos entre República Dominicana y Haití, defendieron apasionadamente el nivel de balance de la película. Ese tipo de diálogo es precisamente uno de nuestros principales objetivos.
Un retrato en carbón
A su vez, en la República Dominicana, Muerte por mil Cortes ha generado un gran diálogo alrededor del tema del tráfico de carbón, la deforestación, y la delicada e importante relación con el vecino país de Haití. Como realizadores de documentales sociales, más allá de premios y festivales, es el hecho de que la película esté generando conversación y preocupación entre la sociedad lo que representa su verdadero éxito.
Un retrato en carbón
Esperamos que la película sirva como una plataforma o “punta de lanza,” como comentó el fotógrafo de conservación Eladio Fernández, para que otras organizaciones que llevan ya muchos años trabajando en importantes temas ambientales alrededor del país también hagan escuchar su voz. Aplaudimos también el hecho de que el mismo Gobierno parece haber escuchado este creciente clamor ambiental y hasta ahora expresa un naciente compromiso con el medio ambiente dominicano. Esperamos ver que este sea un compromiso verdaderamente duradero.
Pero quizás lo más importante es cómo el público en general se ha visto profundamente afectado por la película. Una y otra vez recibimos mensajes donde nos expresan el impacto que les ha generado la película, pero más valioso aún, vemos cómo estas voces se han unido al diálogo y al clamor por buscar soluciones reales a esta problemática.

“¡En el carbón retrataste al país!” Marialicia Urbaneja. Directora ejecutiva Red Nacional de Apoyo Empresarial a la Proteccion Ambiental (ECORED)

Sin embargo, después de cada presentación, casi sin falta, escuchamos la misma pregunta: ¿Y qué soluciones hay? ¿Cómo se puede abordar una problemática tan compleja?
Durante los 5 años de pesquisa profunda acerca del tema del carbón, hemos adquirido una perspectiva bastante única alrededor. Entendemos que, vista genéricamente, la problemática ambiental causada por el carbón puede parecer demasiado compleja e imposible de resolver. Pero al dividirla en componentes más manejables, existen verdaderas oportunidades para soluciones a corto y largo plazo. La clave está en abordar el problema estratégicamente sin simplificarlo demasiado pero, a su vez, sin dejar que su magnitud nos lleve a sobre-analizarlo y resulte en parálisis.
1. Reforzar las Áreas Protegidas Dominicanas 
Cualquier visitante a las áreas protegidas del país nota claramente la carencia de recursos. De nada sirve enorgullecernos del número y tamaño de nuestros parques si no se cuentan con los recursos necesarios para manejarlos y protegerlos adecuadamente. Desde un inicio fue fácil concluir que era vital que los parques contaran con un número de guarda-parques suficiente; vehículos, herramientas, radios y equipos. Deberá haber un apoyo continuo para que se cuente con la gasolina para estos vehículos y la alimentación y uniformes para los guarda-parques.
Además, se necesitan los recursos para que los empleados del parque -forestas y guarda-parques- puedan tener una vida digna y sean menos susceptibles al soborno. Al mismo tiempo, que estos reciban un entrenamiento exhaustivo que los capacite y los enorgullezca de su rol de protectores de los bosques.
También es claro que para sostener y proteger los parques dominicanos es vital que se genere una mayor infraestructura que incentive más participación del pueblo dominicano en sus parques. Una mejor infraestructura que incentive las oportunidades para ir a acampar, caminar, ver pájaros, hacer fotografía, investigación, y simplemente disfrutar de esos espectaculares y únicos recursos que los parques representan. Mayores visitantes a los parques abren oportunidades de empleo como guías, en mantenimiento de senderos, en venta de artesanías y, por qué no, en un futuro hoteles cercanos que motiven visitas extendidas.
En resumen, es vital que exista una buena infraestructura para que los dominicanos conozcan, aprovechen, y aprendan a querer y proteger sus parques naturales. Hasta hay un presupuesto adecuado y un nivel de compromiso mayor de parte del Gobierno hacia esas áreas, esto seguirá como debilidad.
2. Control de Tráfico de Carbón
Claramente, mejorar el equipamiento de las áreas protegidas va a ayudar a poder monitorear y controlar el tráfico de carbón ilegal dentro de estas zonas. Sin embargo, nosotros concluimos en que un enfoque solamente en medidas punitivas contra el carbón no será exitoso. Poner todo el énfasis en perseguir y castigar a los pequeños productores de carbón, no es solo un malgasto de recursos, sino que en regiones donde ya hay altos índices de pobreza y escasez, termina por incrementar aún más la pobreza y la desesperanza, sin limitar verdaderamente el tráfico de carbón.
En ambos lados de la frontera constatamos que los productores de carbón por lo general son gente muy pobre que cuenta con muy pocas alternativas económicas y que hace carbón, en sus palabras, “por no robar”. En situaciones de tanto desespero las medidas punitivas tienen poco efecto, puesto que desde que haya una demanda —un mercado— la gente va a hacer lo que pueda por sobrevivir y mantener a sus familias.
Es igual que la denominada “guerra contra las drogas”. Aunque se persiga y se ataque a los cultivadores en Perú, Bolivia y Colombia de nada sirve desde que exista tanta demanda en EEUU.
Nuestro vídeo corto, “La Vida del Carbonero,” sigue la vida difícil de uno de esos productos, Españolín.
En conclusión, aunque aplaudimos los recientes gestos del Gobierno dominicano hacia el tema del carbón, entendemos que el contra-balance para frenar la producción en el país tiene que ser la productividad económica, tanto para generar alternativas de vida a los productores como para limitar la demanda.
Un ejemplo mencionado recientemente por Eduardo Sanz Lovatón es crear incentivos económicos para motivar la inversión empresarial en alternativas de carbón y proyectos binacionales en Haití. Entendemos que existe mucha creatividad, emprendedurismo y empresarios con motivación social que pudiera crear nuevas oportunidades económicas en la zona fronteriza y Haití, que bajan tanto la demanda de carbón que la necesidad de producirlo de parte de productores pobres.
3. Desarrollo de Productos Forestales Sostenibles
El aumento en la capacidad de supervisión, control y vigilancia de las áreas protegidas y el control del tráfico de carbón ilegal, creará nuevas oportunidades de producción sostenible de productos forestales. Los planes de manejo forestal, que actualmente carecen de credibilidad y en muchos casos transparencia, requieren conocimiento técnico, monitoreo programado y supervisión para garantizar que los productos forestales (sean carbón, maderables o agroforestería) sean legítimos y producidos de manera sostenible.
Se requiere de supervisión intensa, con observación independiente del Gobierno, que garantice que esos productos no vienen de fuentes ilegales, no dañan hábitat de especies importantes o en peligro de extinción, y no entran en áreas protegidas. En ciertas áreas del país y aprovechando ciertas especies de rápido crecimiento y regeneración, el desarrollo de fincas energéticas y bosques productivos es posible, siempre y cuando se manejen con total transparencia y una fuerte supervisión técnica.
4. Soluciones al Largo Plazo para Haití
Indudablemente, la causa principal de la producción y tráfico ilegal de carbón vegetal en República Dominicana es la gran demanda en Haití. Aunque la solución a esa problemática es compleja, requerirá inversión significativa y parece ir en contra de los intereses económicos de ciertos individuos dentro del vecino país. Pero hasta que se consiga instaurar una alternativa viable energética para Haití, siempre existirá una demanda.
Hay entidades internacionales ya trabajando ese tema. The Global Alliance for Clean Cookstoves y otras entidades han realizado una evaluación para identificar áreas de avance en el corto y largo plazo en Haití. Una de sus observaciones es que gran parte del consumo de carbón vegetal está concentrada en los centros urbanos y ciudades de Haití. Trabajando estratégicamente, se pudiera abordar una solución para estas áreas urbanas con alternativas como gas propano o carbón alternativo sostenible.
Sin embargo, es claro que, igual que sucedió en República Dominicana, un plan para traer una fuente de energía alternativa a los centros urbanos de Haití requerirá sin duda una fuerte inversión en infraestructura y también los subsidios necesarios para que sea una alternativa viable para la gran mayoría de la población. Igualmente, se estima que la economía del carbón provee más de 300 mil empleos en Haití, y habría que contemplar alternativas económicas que suplan este vacío laboral.
Así pues, que creemos que es vital y completamente necesario encontrar una solución a largo plazo ante la fuerte demanda de carbón vegetal en Haití. Pero es importante reconocer que dicha solución va a ser de suma complejidad y que sin duda requerirá colaboración, cooperación e inversión de parte de ambos países. La situación ambiental en Haití viene a afectar la isla entera. No se nos olvide que compartimos ríos, veredas, cordilleras, ecosistemas, recursos, y sin duda se necesita un esfuerzo binacional para enfrentar una problemática de esta magnitud.

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