Mientras Estados Unidos se empieza a distanciar, el que se acerca a México es China.
Y lo hace a través de inversiones en el sector automotriz, precisamente uno que está en la mira de Donald Trump.
Así es que la compañía china Anhui Jianghuai Automobile (JAC Motors), junto a la mexicana Giant Motors —propiedad en un 50% de Carlos Slim—, invertirá más de 4.400 millones de pesos (unos US$213 millones) en una planta en el estado de Hidalgo.
La planta producirá hasta 10.000 vehículos en los próximos cuatro años, aseguró este miércoles el gobernador de ese estado del centro del país, Omar Fayad.
La compañía china, presente en México desde 2007, fabricará vehículos utilitarios deportivos (SUV, por sus siglas en inglés) y coches eléctricos y los primeros modelos en ser ensamblados serían los JAC SUV S2 y SUV S3, que podrían comenzar a producirse en la segunda mitad de este año.
Se espera que en la fase inicial del proyecto se creen 1.000 puestos de trabajo directos y 4.500 indirectos.
El gobernador Fayad dijo que la planta comenzará produciendo 11.000 vehículos al año y que más adelante se alcanzará los 40.000 anualmente, destinados en un principio al mercado mexicano.
No es una cantidad elevada para el séptimo productor de automóviles (3,5 millones de unidades al año) y cuarto exportador mundial, pero representa un símbolo de la necesidad de abrirse a otros mercados ante un escenario hostil en Estados Unidos.
JAC tiene presencia en 130 países y cuenta con agencias de distribución en varios de América Latina.
La cancelación de Ford y las amenazas de Trump
A comienzos de año la compañía estadounidense Ford anunció la cancelación de una inversión de US$1.600 millones para construir una nueva planta en el estado de San Luis Potosí, que iba a generar 2.800 empleos.
Los planes de los fabricantes de coches en México habían sido objeto de cuestionamientos por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desde que se encontraba en la campaña electoral.
Había prometido emprender acciones contra firmas estadounidenses que fabrican productos en México aprovechando los salarios más bajos y la existencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés).
Poco antes de asumir la presidencia el 20 de enero Trump lanzó una advertencia de represalia económica a General Motors, la mayor firma automotriz de su país, y amenazó al fabricante automotriz japonés Toyota con "un gran arancel" de instalar una planta en México.
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