La turbulenta vida del exjugador de fútbol americano Aaron Hernández, quien fue una de las mayores promesas de los New England Patriots, llegó a su fin en la madrugada de este miércoles, en la cárcel donde cumplía condena de cadena perpetua por un asesinato ocurrido en 2013 del que fue hallado culpable.
![Aaron Hernández](https://ichef.bbci.co.uk/news/660/cpsprodpb/A762/production/_95705824_gettyimages-138010703.jpg)
El jugador utilizó una sábana que fijó a una ventana de la celda para quitarse la vida.
Las autoridades estiman que el hecho ocurrió aproximadamente a las 03:00 am (hora local).
![Aaron Hernández](https://ichef.bbci.co.uk/news/624/cpsprodpb/DE08/production/_95704865_gettyimages-177211711.jpg)
Hernández se encontraba recluido en el Centro Correccional Souza Baranowski, en el estado de Massachusetts, en el noreste de EE.UU., donde iba a pasar el resto de sus días.
Fue hallado culpable y condenado a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional en 2015 por el asesinato de Odin Lloyd, un jugador semiprofesional que era novio de la hermana de la prometida de Hernández, Shayanna Jenkins.
El viernes pasado, Hernández fue absuelto en otro caso en el que se le acusaba por el asesinato de dos personas en un tiroteo que ocurrió en la ciudad de Boston en 2012.
Promesa incumplida
El caso de Hernández, nacido en Bristol, Connecticut, y de ascendencia puertorriqueña e italiana, ha sido calificado como una "tragedia estadounidense", por la vertiginosa vida que lo llevó al estrellato y cortó su carrera abruptamente sumergido en la violencia.
Figura del fútbol americano en su adolescencia, Hernández fue elegido el jugador del año en su ciudad natal en 2006 antes de emigrar a Florida para convertirse en un referente de los Gators.
De allí dio el saltó a la Liga Profesional de Fútbol Americano (NFL, por sus siglas en inglés), donde fue reclutado en 2010 por los New England Patriots cuando recién había cumplido 20 años.
Su ascenso parecía imparable hasta el punto que se abrió un hueco en la famosa ofensiva liderada por el mariscal de campo Tom Brady.
En 2011 no pudo evitar la derrota contra los New York Giants en el Super Bowl, pero nadie dudaba que sería una de las grandes estrellas de la NFL, razón por la que con sólo 23 años extendió su contrato por cinco años con el equipo de Nueva Inglaterra a cambio de US$40 millones.
Pero paralelamente al éxito deportivo Hernández llevaba una vida turbulenta fuera del campo.
En 2010 se supo que había dado positivo en un control antidopaje mientras jugaba en Florida.
En 2012 ocurrió el asesinato de Abreu y Safiro Furtado en un tiroteo en Boston, caso en el que Hernández fue absuelto la semana pasada.
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Es probable que Hernández hubiera sido con su número 81 uno de los protagonistas en los títulos de la NFL que conquistaron los Patriots en 2014 y en febrero de este año.
Precisamente por su corona de 2017 el equipo será recibido este miércoles porel presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Casa Blanca.
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