Un nuevo estudio publicado este mes es el último en sugerir que la mayoría del tiempo, nuestras genes no son buenos indicadores para predecir nuestra salud.
El estudio, publicado en PLOS One, examina la ciencia relacionada con los estudios de asociación del genoma completo (GWAS por sus siglas en inglés). Estos estudios analizan los genes de miles, y en ciertos casos millones, de personas a la vez para poder ver si algunas de nuestras variaciones más comunes, conocidas como los polimorfismos de un solo nucleótido (SNPs), están relacionadas con la aparición de una nueva enfermedad médica.
Muchos SNPs, o marcadores genéticos, se han identificado como factores de riesgo para cientos de enfermedades y aspectos de nuestra humanidad. Pero como ha informado Gizmodo, nuestra genética solo suele tener un pequeño papel en por qué una persona desarrolla algo como la diabetes tipo 2 o una enfermedad del corazón. Es mucho más importante nuestro entorno y hábitos.
Los autores detrás de este nuevo estudio querían cuantificar cómo influye la genética en la salud, así como averiguar si esta influencia se compara con otros marcadores e indicadores de salud, como las proteínas en nuestra sangre o nuestro metabolismo. Crearon un nuevo modelo para analizar datos públicos de más de 500 GWAs cubriendo más de 200 enfermedades médicas.
Algunas enfermedades, como la enfermedad de Crohn, fueron seriamente impactadas por la genética, de acuerdo con su modelo. En ese caso, los genes estaba asociados con hasta un 50% del riesgo de una persona para desarrollar la enfermedad. Pero en general, los investigadores encontraron que estos marcadores tenían poca poder predictivo, aún cuando estaban combinados.
“Dicho de forma simple, el ADN no es tu destino, y los SNPs no son indicadores fiables para predecir enfermedades”, dijo David Wishart, un biólogo e investigador de la Universidad de Alberta en Canadá, en una declaración publicada por la universidad. “La mayoría de las enfermedades, incluyendo muchos cánceres, diabetes o la enfermedad de Alzheimer, tienen una contribución genética de entre el 5 y 10% en el mejor escenario”
Eso no significa que no hay valor en seguir investigando la conexión entre nuestra salud y los genes. Se está descubriendo que hay nuevas causas genéticas importantes relacionadas con varias enfermedades todo el tiempo, y en el futuro, es más probable que entendamos cómo los genes interactúan con factores de estilo de vida como la dieta y el entorno. Pero por ahora, deberíamos permanecer escépticos de empresas que intentan vendernos un horóscopo genético de nuestro futuro basado en estos marcadores.
“Al final, si quieres obtener un retrato preciso de tu salud, de tu predisposición para ciertas enfermedades o saber lo que puedes hacer sobre ello, es mejor medir tu metabolismo, tus microbios o tus proteínas, no tus genes”, comentó Wishart. “Esta investigación también destaca la necesidad de entender nuestro entorno y la seguridad o calidad de nuestra comida, aire y agua”.
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