
Por qué el año no termina realmente a la medianoche del 31 diciembre (y no siempre dura lo mismo)
El momento en que comienza y termina el año es una convención.
Brindis y uvas, bailes, resoluciones y rituales… la medianoche del 31 de diciembre es un momento de festejo, esperanza y recuento para millones de personas en todo el planeta.
Un año "termina" y otro "comienza" y, con él, las aspiraciones de un mejor tiempo y de innumerables propósitos y nuevas metas.
Es el último día del calendario gregoriano, el patrón de 365 días (más uno en bisiesto, como 2020) que ha regido en Occidente desde que se dejó de usar el calendario juliano en 1582.
Su paso celebra el fin de un ciclo que ha marcado las cuentas del tiempo para diversas culturas desde hace milenios: una vuelta completa de la Tierra alrededor de su estrella.
"Lo que entendemos tradicionalmente por año, tanto en astronomía como en muchas culturas, es ese lapso que tarda nuestro planeta en darle la vuelta al Sol", indica el astrónomo y académico Eduard Larrañaga, del Observatorio Astronómico Nacional de la Universidad Nacional de Colombia.
Sin embargo, según explica el también físico teórico a BBC Mundo, la fecha en la que comienza y termina un año no tiene su base en la ciencia, sino que es una convención, o sea un sistema, a la larga, "inventado".
"Asumir que el año termina a la medianoche del 31 de diciembre y empieza el 1 de enero es una construcción social, una definición que se hizo en un momento de la historia", dice.
De acuerdo con Larrañaga, dado que la base para la medición de un año es el tiempo que tarda la Tierra en darle la vuelta al Sol, el conteo de cuándo empieza y termina ese ciclo puede ocurrir, en la práctica, en cualquier momento.
"Desde el punto de vista astronómico, no ocurre nada especial el 31 de diciembre para decir que es ahí donde termina el año ni ocurre nada especial el 1 de enero para decir que ahí es cuando comienza", señala.
"En realidad, a lo largo de la órbita de la Tierra no hay nada especial ni fuera de lo común que ocurra para marcar el cambio de un año", agrega.
Pero no termina ahí.
La duración exacta que le damos al año de 365 días (o 366 en los bisiestos) es otra convención social.
"En realidad, hay muchas formas de medir la duración de un año" y si se hace de una u otra forma, la duración no es la misma, indica Larrañaga.
Pero ¿cómo es posible?
La duración del año
Desde que fue introducido por el emperador Julio César en el año 46 a. C., el calendario juliano sirvió para contar el paso de los años y la historia en Europa hasta finales del siglo XVI.
Sin embargo, desde entrada la Edad Media, varios astrónomos se dieron cuenta de que con esa manera de medir el tiempo se producía un error acumulado de aproximadamente 11 minutos y 14 segundos cada año.
Fue entonces cuando en 1582 el papa Gregorio XIII promovió la reforma del calendario que usamos hasta el día de hoy e introdujo los bisiestos para corregir los errores de cálculo del calendario juliano.
Millones de personas celebran el cambio de año este 31 de diciembre.
Larrañaga explica que, desde el punto de vista de la astronomía, base para la definición de lo que es un año, no existe una única unidad de medida, sino al menos cuatro para contar el tiempo que tarda la Tierra en darle una vuelta al Sol.
- Año juliano o calendario: "Es una convención y se usa en astronomía como una unidad de medida en la que se considera que la Tierra le da la vuelta al Sol en 365,25 días".
- Año sideral: "Es el que tarda la Tierra en dar una vuelta al Sol respecto a un sistema de referencia fijo. En este caso, se toma como referencia el grupo de las estrellas fijas y ese año tiene una duración de 365,25636".
- Año trópico medio: "En este se toma en cuenta longitud de la eclíptica del Sol, es decir, la trayectoria del Sol en el cielo con respecto a la Tierra a lo largo del año, principalmente en los equinoccios. Y este dura un poco menos que el año sideral, 365,242189 días".
- Año anomalístico: "La Tierra, al igual que los otros planetas, se mueve en elipsis. Esa elipsis hace que el Sol en algunas ocasiones esté más cerca y más lejos de la Tierra. Pero hay un punto donde ambos están lo más cerca posible, el llamado perihelio". Y el año anomalístico es el tiempo transcurrido entre dos pasos consecutivos de la Tierra por su perihelio. Dura 365,2596 días".
Si bien Larrañaga señala que todos están sobre el orden de los 365 días, asumir que este es el periodo exacto de la duración de un año se vuelve una simplificación.
Pero además, no tiene en cuenta otro factor.
"Hay otra cuestión, y es que, aunque tenemos esos cálculos, no todos los años duran lo mismo, no tienen la misma duración cada vez", dice.
El largo de los años
De acuerdo con el experto, si bien los astrónomos han tratado de calcular con precisión a través de los siglos el tiempo que tarda la Tierra en darle una vuelta al Sol, existe un problema básico que les impide obtener un número definitivo.
"Hay que tener en cuenta que la duración de los años nunca es igual debido a que en el Sistema Solar todo cambia. Tomemos el año anomalístico: mientras la Tierra se mueve alrededor del Sol, el perihelio cambia como resultado de la acción gravitatoria de otros planetas, como Júpiter", dice.
La influencia gravitatoria de los planetas y el movimiento de la Tierra hacen que la duración del año no sea igual siempre.
El físico teórico señala que algo similar ocurre con el llamado año trópico medio, que mide el intervalo de tiempo entre dos pasos consecutivos del Sol por el punto Aries o equinoccio de primavera, o con el sideral.
"El año trópico medio también cambia, dado que depende del eje de la Tierra, que está torcido. Es como un trompo que va balanceándose. Entonces, la fecha y el momento del equinoccio también es diferente", dice.
"Y si comparamos cuánto duraba el año sideral en 2020 con cuánto duró en el 1300 seguramente notaremos una diferencia. Siempre estaría en torno a los 365 días, pero no sería la misma duración exacta, porque el movimiento de la Tierra no es siempre el mismo", agrega.


La famosa bola de Times Square, con la que los neoyorquinos reciben el año nuevo, no tendrá más compañía este 31 de diciembre que la del personal de producción del evento y un pequeño grupo de trabajadores esenciales, ya que las autoridades de la ciudad de Nueva York han prohibido la asistencia del público por la pandemia del coronavirus.
"El año que viene nos reuniremos y llenaremos Times Square", dijo este miércoles el jefe de Departamento de la Policía de Nueva York, Terence Monahan, en una rueda de prensa.
"Pero este año, ni siquiera intenten venir a verlo", urgió Monahan, que señaló que los ciudadanos no podrán ni acercarse a ver cómo la bola desciende los 24 metros que mide el mástil que la sustenta, una ceremonia que se remonta a 1904.
"No vamos a permitir que estén de pie en la esquina y mirar hacia arriba", insistió el alto cargo de la Policía. "No vengan a la zona pensando que van a poder verlo. No vengan".
Junto al equipo de producción, un pequeño grupo de trabajadores esenciales, entre ellos un pediatra o un repartidor de pizzas que se enfermó de coronavirus, será el único que podrá dar la bienvenida al 2021 en la emblemática plaza, pero el resto de la población deberá ver el evento a través de la pantalla de televisión o la página oficial de Times Square.
Las celebraciones de Nochevieja comenzarán a las 18.00 hora local del jueves (23.00 GMT), e incluirán una actuación de Gloria Gaynor, que despedirá el 2020 con su himno "I Will Survive" (Sobreviviré).
Junto con el festejo de Times Square, Nueva York también canceló los tradicionales fuegos artificiales de Coney Island y la carrera por Central Park a medianoche.
Otros años, la Policía de Nueva York despliega en Times Square un alto número de agentes, dado que son cientos de miles de personas las que se acercan al lugar, pero la ausencia de público ha llevado a que en esta ocasión el cuerpo pueda reducir en un 80 % su despliegue, y estar presentes en otras zonas de la ciudad.
Aun así, dada la importancia del lugar, se desplegarán agentes de la unidad antiterrorista y de la división de armas pesadas.
"En estos momentos, no hay una amenaza activa, creíble ni específica contra la celebración", apuntó la jefa de la Unidad Antiterrorista de la Policía de Nueva York, Martine Materasso. "Pero dado su estatus icónico, siempre debemos tratarlo como un objetivo en potencia", agregó.
Además, ya se han desplegado por la zona barreras de hormigón y se han rastreado garajes y otras instalaciones alrededor de Times Square, mientras que se cortará el paso tanto a vehículos como a peatones a las calles aledañas horas antes del evento.
La celebración de Nochevieja de Times Square se remonta a 1904, cuando el entonces editor del periódico The New York Times, Adolph Ochs, quiso organizar por la Nochevieja de ese año un espectáculo de fuegos artificiales en la azotea de la flamante sede del diario para marcar el traslado del medio a sus nuevas oficinas, previsto para un día después.
Sin embargo, no sería hasta tres años después cuando hizo su aparición la mítica bola, que entonces pesaba 317 kilogramos, tenía un diámetro de metro y medio y contaba con un centenar de bombillas blancas adosadas.
Más de un siglo más tarde, y después de haber faltado sólo en 1942 y 1943 como consecuencia de la II Guerra Mundial, la bola está compuesta por 2.668 triángulos de cristal, iluminada por 32.256 bombillas led rojas, azules, verdes y blancas que forman una paleta de 16 millones de colores, y pesa 5.386 kilogramos.



La ‘Encrucijada del Mundo‘ como se le conoce a Times Square en la ciudad de Nueva York, como si fuera parte de una escena de una película de ciencia ficción, ha mostrado en este año pandémico momentos de mucha “soledad”, desde que el pasado mes de marzo las autoridades de Salud decretaron el cierre comercial para frenar el avance del COVID-19. Y como era de esperarse, el “épico” evento global del recibimiento de un nuevo año, también estará marcado por una ausencia de multitudes, sin precedentes.
A solo horas de uno de los icónicos espectáculos que marcan el inicio de un nuevo año en la ciudad y en el mundo desde 1907, como era predecible, no se esperan las concentraciones de millones de personas, tampoco los millares de clientes que mueven la economía de ese conglomerado de luces y comercios que en los últimos meses tuvo bajones de visitas de hasta un 91%.
“Diciembre era un mes en donde a veces teníamos que sacar efectivo de las cajas registradoras y moverlo a la caja fuerte porque se llenaban de tanta gente comprando recuerdos de la ciudad. Ahora, con costo podremos cubrir los gastos del mes”, dijo este lunes el empleado hispano de una tienda que vende maletas y centenares de recuerdos con la marca ‘I Love NYC’, ubicada en la calle 47 con Séptima Avenida.
En números rojos
De igual forma, la bola ardiendo con 32,256 luces LED se dejará caer a las 11:59 p.m. para anunciar la llegada del 2021 en un espectáculo con grandes artistas que solo se podrá disfrutar de manera virtual. Un nuevo año se avecina y trabajadores cuyos ingresos dependen de los turistas, espera sea un tiempo de mejores augurios.
Si los establecimientos terminan con números en rojo, peor aún para otro tipo de comerciantes informales.
“Ya desde hace años veníamos mal, porque la Ciudad nos han hecho la guerra para que no estemos aquí. Ahora con el distanciamiento social y el COVID-19, casi no hemos podido trabajar. Nos desalojan a cada rato. Los pocos turistas que vienen no se quieren ni acercar. Para todos ha sido muy malo”, dijo “Luisa” una peruana que representa a uno de los muñecos ‘Elmos’ que cobran propinas a cambio de fotografías.
El tráfico vehicular en la Séptima Avenida que rodea la plaza de las emblemáticas escalinatas rojas mostraba en estas vísperas de un nuevo año, una energía de muy baja densidad. Las plazas centrales estaban casi vacías. Los visitantes con ganas de eternizar su visita a este centro simbólico de la Gran Manzana, eran muy pocos.
Ni el ‘Batman‘ que recrea su propia ‘Ciudad Gótica’, ni el hombre araña que lanza “telarañas” a los turistas para una foto se encontraban en Times Square, por lo menos hasta el mediodía de este lunes. También estaban ausentes decenas de “muñecos” que en su mayoría son el medio de sustento de más de un centenar de familias hispanas.

Times Square “durmió”
De acuerdo con las tendencias manejadas por Times Square Alliance, el año 2019 significó un récord de los últimos 10 años con más de 425,000 visitantes diarios en promedio a ese conglomerado que es el ícono de la “ciudad que nunca duerme”, pero estos últimos diez meses marcados no solo por la crisis de salud pública, sino también por la amenaza de los saqueos, puso al borde de la quiebra a cientos de negocios.
Este año durante los meses de más restricciones por la pandemia, como era fácil de preveer, el bajón de transeúntes que circularon por esta bulliciosa localidad descendió en abril a 22,900 personas.
“Sobrevivimos a los 70 y 80 cuando la criminalidad azotaba a la ciudad, también a la caída del turismo después de los ataques terroristas del 11 de septiembre y a la recesión económica durante la recesión de 2007 y 2009. Creo que de esta, especialmente si vienen más cierres, difícilmente muchos puedan seguir adelante”, dijo Lino Cipriani un comerciante de joyas en la calle 45.
Por su parte, el mexicano, Francisco García de 55 años asegura que estuvo a punto de suspender su viaje a la ciudad, el cual había programado desde enero de este año, cuando apenas se recibían noticias de un virus que estaba tomando cuerpo en Asia y semanas más tarde tuvo a la ciudad de los rascacielos como su epicentro.
“Es la segunda vez que vengo y esperaba realmente menos gente. Ayer por ejemplo me fue imposible ver el árbol del Rockfeller Center. Estoy en casa de un familiar aquí cerca y sí viene más gente en las noches. Aunque comparado con otros años, esto está muerto”, comentó el visitante de Guadalajara.

Times Square en tres tiempos
- 414,651 personas visitaron Times Square en enero 2020
- 86,062 personas se movieron por el área durante Julio que fue el mes de la reapertura económica en la Gran Manzana.
- 189,751 han caminado por el área en Noviembre, 69% menos que el año pasado.
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