
La pasada semana el Procurador Fiscal Adjunto, Engels Luis Polanco Henríquez, solicitó y logró el cambio de la medida de coerción que pesaba contra el señor Eusebio Rosario Hernández, acusado de asesinar de 291 puñaladas a su pareja, Carmen Paulino.
La decisión de Polanco se ajustó a lo que establece el Código Procesal Penal, que a un año de la medida sin haber una condena, era obligatoria el cambio de la misma, porque de lo contrario, el señor Rosario recobraría su libertad.
En lo inmediato y alegremente el Inspector General del Ministerio Público, licenciado Juan Medina, solicitó al Consejo Superior la suspensión de sus funciones de Polanco, manifestando con ello el desconocimiento de lo que establece el Código Procesal Penal en el citado caso.
El Consejo Superior que preside la Procuradora General de la República, Miriam Germán Brito, debiera actuar con justicia, y en vez de suspender a Polanco, suspender a Medina, porque no es la primera vez que busca dañar reputaciones de los funcionarios judiciales de esta ciudad.
Como aquí se respira una cultura de corrupción, no se puede dudar que el licenciado Medina, en su condición de Inspector General del Ministerio Público, aspiraba ver en libertad a Eusebio Rosario, a sabiendas de que está acusado de ejecutar uno de los crímenes más horrendo en esta ciudad.
Queda por ver si la garantía económica, termina siendo impagable.
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