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Miles de personas han visitado en las últimas horas la capilla ardiente de Benedicto XVI en la Basílica de San Pedro en el Vaticano.
El papa emérito murió en la víspera de Año Nuevo a la edad de 95 años, casi una década después de su renuncia.
Vestido con el atuendo pontificio rojo, blanco y dorado, el cuerpo de Joseph Ratzinger yace a los pies del Altar de la Confesión y del baldaquino de Bernini, sobre el lugar en el que según la tradición fue sepultado San Pedro.
Se espera que miles de personas más visiten la capilla ardiente para presentar sus respetos hasta el jueves.
Ese día se celebrará el funeral en la plaza de San Pedro, que presidirá el papa Francisco, el primero en la historia en asistir al funeral de su predecesor.
Después Benedicto XVI será enterrado en la cripta de la basílica, donde reposan otros de los anteriores papas de la Iglesia católica.
Muchos de los que acudieron el lunes a la basílica se santiguaron o se detuvieron a rezar al su paso junto a la capilla ardiente, flanqueada por dos guardias suizos.
Otros tomaron fotografías con sus teléfonos móviles.
Al amanecer ya se había formado una cola en la plaza de San Pedro en el Vaticano.
En 2013 Benedicto XVI fue el primer papa en renunciar en 600 años, alegando problemas de salud.
El último funeral papal, el de Juan Pablo II en 2005, fue una de las mayores congregaciones de cristianos en la historia al atraer a Roma a unos 4 millones de personas.
Benedicto XVI solicitó que la ceremonia fuera sencilla, según el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni.
Se desconocen detalles sobre la lista de invitados, aunque el Vaticano adelantó que incluirá delegaciones de Italia y de la Alemania natal de Benedicto XVI.
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El papa emérito Benedicto XVI, que falleció el 31 de diciembre a los 95 años, será enterrado en la tumba que ocupó Juan Pablo II en la cripta dedicada a los pontífices bajo la basílica de San Pedro, confirmó hoy el portavoz vaticano, Matteo Bruni.
Bruni explicó que Benedicto XVI había dejado dicho -como relató su biógrafo Peter Seewald- su deseo de ser enterrado en ese lugar de las grutas vaticanas ocupado por los restos de Juan Pablo II hasta mayo de 2011, cuando el ataúd fue de nuevo expuesto en la basílica de San Pedro tras ser beatificado por el papa alemán.
La que será la tumba del pontífice emérito perteneció asimismo al también santo papa Juan XXIII y se encuentra a pocos metros de la de San Pedro y ante las sepulturas de dos reinas, Cristina de Suecia y Carlota de Chipre.
Benedicto XVI también tendrá, como ocurrió con Juan Pablo II, una sencilla lápida de mármol blanco con la inscripción de los años de su pontificado en latín.
El entierro ocurrirá justo después del funeral que celebrará el papa Francisco este jueves a las 9.30 horas (8.30 GMT) en la plaza de San Pedro después de los tres días de capilla ardiente dentro de la basílica para el último adiós de los fieles que se abrió hoy.
El portavoz vaticano confirmó que las únicas delegaciones presentes oficialmente serán las de Italia y Alemania, aunque aún no se sabe por quiénes estarán compuestas.
El resto de participantes -explicó Bruni- lo hará de manera voluntaria, ya que no hay invitaciones por parte del Vaticano dado que Benedicto XVI dejó de ser Jefe de la Iglesia católica y del Estado Vaticano tras su renuncia en febrero de 2013.
También quedan por definir algunos detalles de la liturgia del funeral, ya que no se tratará de las exequias de un papa reinante, al ser Benedicto XVI el primer pontífice en renunciar desde tiempos de Gregorio XII, hace seis siglos.
Por ejemplo, no se ha dado a conocer si, como manda la tradición, el cuerpo del papa será acogido por tres féretros: uno de ciprés forrado de terciopelo carmesí y encajado en otro de plomo de cuatro milímetros de espesor, a su vez encajado en otro de madera de olmo.
Bruni tampoco aclaró si se proclamarán las llamadas "novendiales", es decir, el periodo de luto de nueve días en la Iglesia.
Los restos del papa alemán quedaron expuestos hoy en la basílica de San Pedro del Vaticano desde las 9.00 hora local (8.00 GMT) para que puedan despedirse los fieles.
La basílica permanecerá abierta durante diez horas el lunes, pero este plazo aumentará el martes y el miércoles, pues los fieles podrán pasar ante el cuerpo del papa difunto desde las 7.00 hasta las 19.00 horas (6.00-18.00 GMT).
Las primeras imágenes de Benedicto XVI difundidas este domingo por la Santa Sede lo muestran yacente en una sala del monasterio, Mater Ecclesiae del Vaticano, donde residía retirado desde su renuncia en 2013. Está acostado sobre dos cojines, bajo un gran crucifijo y junto a un cirio encendido, un árbol de Navidad y un Portal de Belén.
Viste los paramentos pontificales: la sotana blanca y la casulla roja, en sus manos tiene un rosario y sobre su cabeza la mitra. Sin embargo, en estas fotografías no lleva el palio, la estola de lana blanca con cruces negras símbolo litúrgico de jurisdicción.
Su antecesor, Juan Pablo II, sí que lo llevó en su capilla ardiente en 2005. El palio, junto al llamado Anillo del Pescador, simboliza el poder pontificio y son recibidos en la misa de inicio del magisterio por los papas tras su elección.
El cuerpo de Benedicto XVI será trasladado el lunes por la mañana a la Basílica de San Pedro, donde durante tres días el público podrá presentar sus respetos antes de un funeral el jueves supervisado por el Papa Francisco.
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Francisco, el primero en visitarlo
El papa Francisco fue el primero en visitar el cuerpo del pontífice emérito Benedicto XVI en el monasterio.
Tras el fallecimiento, a las 9.34 horas (8.34 GMT), el secretario personal del pontífice alemán, monseñor Georg Ganswein, telefoneó a Francisco para confirmarle la muerte, según refirió hoy el portavoz vaticano, Matteo Bruni.
Francisco llegó unos diez minutos después y permaneció velando el cadáver de su antecesor Ratzinger hasta las 10.00 locales (9.00 GMT), cuando tuvo que marcharse por otros compromisos.
Fue el propio papa argentino quien el pasado miércoles 28 de diciembre confirmó públicamente la gravedad de la salud de Benedicto XVI a sus 95 años de edad.
Si bien no fue él quien le impartió el sacramento de la extremaunción, sino monseñor Ganswein, su más cercano colaborador en las últimas décadas, el mismo miércoles tras una misa celebrada en su habitación.
Francisco ha expresado públicamente su “gratitud” por el papa y teólogo alemán y hoy pidió a los fieles su oración y en estos casi diez años de convivencia lo visitó en varias ocasiones y lo elogió calificándolo como “un abuelo sabio” para la Iglesia.
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La capilla ardiente abrirá mañana lunes en la basílica vaticana y los fieles podrán despedirle hasta el jueves, cuando Francisco presidirá su funeral en la plaza de San Pedro antes de su inhumación en la cripta del templo.
Funeral inédito
Cuando muere un pontífice, los funerales y su sucesión han sido establecidos por la Constitución Apostólica, aunque esta vez el Vaticano deberá improvisar ya que se trata de la primera vez en la historia que se celebran las exequias de un papa emérito, sin funciones.
Por lo general, la muerte del soberano pontífice desencadena la rápida convocatoria de un cónclave, durante el cual los cardenales de todo el mundo son convocados para eligir a su sucesor.
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Ese caso ha sido excluido esta vez, ya que Francisco reina desde 2013 tras haber sido elegido pontífice por la renuncia en 2013 de Benedicto XVI.
El anuncio de la muerte de Joseph Ratzinger este sábado por la mañana, tras una agonía de varios días, no cuenta con un protocolo específico, por lo que se seguirían algunos de los pasos para un pontífice en ejercicio.
Se trata de la primera vez en la historia moderna que un papa preside el funeral de su predecesor.
Funeral solemne
Según la Constitución Apostólica promulgada en 1996 por Juan Pablo II, un Papa debe ser enterrado entre cuatro a seis días después de su muerte, lo que ha sido respetado.
El funeral será presidido el 5 de enero por Francisco en la plaza de San Pedro, cinco días después de su muerte.
La ceremonia comenzará a las 08H30 GMT, será inédita además de solemne, tal como anunciado por el Vaticano.
Con ese acto se concluye la saga de los “dos papas”, los dos vestidos de blanco, que han convivido durante casi una década en el estado más pequeño del mundo.
La ceremonia será “solemne pero sobria”, precisó el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.
El Vaticano también anunció que el cuerpo de Benedicto XVI será expuesto a partir del lunes hasta el miércoles en la basílica de San Pedro, de manera que los fieles de todo el mundo puedan rendirle homenaje.
Por ahora su cuerpo permanecerá en el monasterio Mater Ecclesiae, donde residió en dentro del Vaticano desde su renuncia.
“No se han previsto visitas oficiales”, precisó el Vaticano.
En 2005, el cuerpo de Juan Pablo II, el último papa en morir, fue expuesto en el Vaticano, para recibir el homenaje de numerosos jefes de Estado y de Gobierno además de creyentes que por horas hicieron largas filas.
La ceremonia oficial estuvo presidida entonces por el cardenal Joseph Ratzinger, poderoso jefe de la Congregación para la Doctrina de la Fe, quien luego fue elegido al trono de San Pedro.
Un millón de personas asistieron al funeral del carismático papa polaco. Aunque la popularidad de Benedicto XVI nunca alcanzó la de Juan Pablo II, el pontífice alemán, que reinó de 2005 a 2013, fue un jefe de Estado y, como tal, altos dignatarios y fieles el rendirán homenaje.
En las grutas vaticanas
Al término del funeral, al que podrán asistir todos los fieles sin necesidad de entrada, el féretro del pontífice emérito será enterrado en las grutas vaticanas, donde se encuentran las tumbas de los papas, precisó el Vaticano en un comunicado.
El Vaticano no indicó si se trata de la tumba que fue de su predecesor, Juan Pablo II, vacía después de que su ataúd fuera traslado en 2011 a una capilla de la basílica tras su beatificación.
El biógrafo oficial de Benedicto XVI reveló en 2020 que quería ser enterrado en la tumba de Juan Pablo II, de quien fue estrecho colaborador.
Cuando muere un papa, también se destruye su anillo pontificio, un anillo hecho especialmente para cada nuevo pontífice y que se usa como sello para sus documentos.
El anillo de Benedicto XVI fue tachado con una “X” tras su renuncia y quedó inutilizado.
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