
También contienen vitaminas A, B y C, que sirven para mantener el cabello y el cuero cabelludo saludables y evitar perder pelo. Consumir manzanas es positivo para el sistema digestivo. La fibra soluble e insoluble que tiene contribuye a mejorar el tránsito intestinal y a controlar el azúcar en sangre. La fibra también aumenta la sensación de saciedad.
Ayuda a reducir el colesterol
La fibra soluble contribuye a reducir los valores de colesterol, con un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. La manzana contiene pectina, una fibra que se une al colesterol en el tracto digestivo y lo expulsa del cuerpo.
Según una investigación realizado por la Academia de Nutrición y Dietética de Estados Unidos, en la que analizaron 157 ensayos y 15 estudios, descubrieron una vinculación de consumir manzanas, que contienen flavonoles, y una reducción de la presión arterial. Los flavonoles tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que ayuda a controlar la hipertensión.
Contribuye al adelgazamiento, al ser un alimento saciante
En cuanto a adelgazar, expertos de Harvard y la Universidad de Pensilvania, aseguran que tomar una manzana 15 minutos antes de las comidas puede reducir hasta 200 calorías la ingesta total de las mismas. Al contener agua y fibra, son perfectas para la saciedad. Esta fruta es baja en calorías. Contiene pectina, que reduce la sensación de hambre, favoreciendo a una digestión más lenta.
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