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Sigue en vivo los resultados de la elección de EE.UU. con mapas interactivos


Los votantes estadounidenses deciden este martes quién reemplazará a Joe Biden en la presidencia de Estados Unidos: Donald Trump o Kamala Harris.

Además, elegirán a los miembros del Congreso del país.

Acá puedes seguir todos los resultados en vivo a través de mapas interactivos:

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Congreso

Demócratas y republicanos compiten por el mando de las dos cámaras legislativas.

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Senado

En estas elecciones están en juego 34 escaños del Senado, de un total de 100.

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Cámara de Representantes

En la Cámara, los 435 asientos están en juego en estas elecciones.

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Los votantes estadounidenses deciden este martes quién reemplazará a Joe Biden en la presidencia de Estados Unidos: Donald Trump o Kamala Harris.

Además, elegirán a los miembros del Congreso del país.

Acá puedes seguir todos los resultados en vivo a través de mapas interactivos:

Mapa de resultados de las elecciones presidenciales

Congreso

Demócratas y republicanos compiten por el mando de las dos cámaras legislativas.

Resultados del Congreso

Senado

En estas elecciones están en juego 34 escaños del Senado, de un total de 100.

Resultados del Senado

Cámara de Representantes

En la Cámara, los 435 asientos están en juego en estas elecciones.

Resultados de la Cámara de Representantes

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7 Signs That Point to Kamala Harris Defeating Trump

Trump y Kamala

Fuente de la imagen,Getty Images

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Final Day: Trump Seats Empty and Harris Hopes Rise
Seguramente te estés preguntando quién va a ganar las elecciones en Estados Unidos este martes. ¿Donald Trump o Kamala Harris?

Pues la respuesta, según las encuestas, es que no se sabe.

Los sondeos son tan cerrados que no se puede predecir. Trump y Harris se encuentran en lo que se conoce como un empate técnico.

El promedio de encuestas nacionales elaborado por ABC News/538 indica que el apoyo a Harris se encuentra en torno a 48%, mientras que Trump obtiene 47%. Esta escasa diferencia se encuentra dentro del margen de error de las encuestas, por lo que no es posible sacar conclusiones de esos datos.

“La campaña para la elección presidencial está empatada a nivel nacional. Las encuestas son muy buenas para darnos una idea del panorama general, pero no son lo suficientemente precisas como para distinguir uno o dos puntos en todo un país”, explica a BBC Mundo Whit Ayres, encuestador republicano y presidente de la empresa de sondeos North Star.

Hay que destacar que esas encuestas hacen referencia a la intención de voto de los ciudadanos, pero en Estados Unidos el presidente o la presidenta no se escoge a través de votación directa por lo que el llamado voto popular no siempre sirve para anticipar el resultado que arrojarán las elecciones.

De hecho, en 2016 la candidata demócrata Hillary Clinton obtuvo casi tres millones de votos más que Donald Trump, pero perdió los comicios.

Esto se explica debido a que en Estados Unidos el presidente es escogido a través de un mecanismo de elección de segundo grado, gracias al cual más importante que ganar en la cuenta total de votos hay que vencer en un número suficiente de estados que permita obtener la mayoría de los votos en el llamado colegio electoral.

Sumando estados y votos

¿En qué consiste esto?

Básicamente en que a cada estado de EE.UU. se le asigna un número determinado de votos, que se calculan de acuerdo con el tamaño de su población. Así, por ejemplo, California -el estado más poblado- cuenta con 54 votos, mientras que estados como Dakota del Norte o Vermont -que están entre los menos poblados- solamente cuentan con 3 votos cada uno.

La abrumadora mayoría de los estados y el Distrito de Columbia otorgan todos sus votos al candidato que obtiene allí la mayoría de votos. Las únicas excepciones son Maine y Nebraska, donde los votos se distribuyen de forma proporcional.

En total, hay 538 votos a repartir por lo que para que un candidato resulte electo presidente tiene que obtener al menos 270 votos.

“En 43 de los estados sabemos bien de antemano cómo van a votar porque son consistentemente estados republicanos o demócratas”, indica Ayres.

Ese patrón de votación, que según las encuestas se prevé que se mantenga para las elecciones de este martes, indica que los demócratas cuentan con 21 estados que suman unos 230 votos del colegio electoral, mientras que los republicanos cuentan con 23 estados que suman 215 votos.

Así, la carrera por la Casa Blanca terminará decidiéndose seguramente en siete estados, conocidos como péndulos porque suelen cambiar su apoyo de un partido al otro. En 2024 hay siete estados péndulos que en su conjunto representan 93 votos del colegio electoral: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin.

“La elección se decidirá por quién gane la mayoría de los 93 votos electorales en esos siete estados clave”, señala Ayres.

¿Y cómo va la carrera presidencial en esos estados? Veamos.

Una carrera muy cerrada

De acuerdo con el promedio de encuestas estadales elaborado por la web de análisis de encuestas 538, que forma parte de la cadena de noticias estadounidense ABC News, la competencia entre el exmandatario republicano y la vicepresidenta demócrata está muy reñida también en estos siete estados, con diferencias que oscilan entre 1 y 2 puntos porcentuales.

Trump aparece adelante en Pensilvania, Nevada, Carolina del Norte, Georgia y Arizona, mientras que Harris lidera en Wisconsin y Michigan.

Pero esas diferencias son demasiado pequeñas como para ser significativas.

“La contienda entre Trump y Harris está esencialmente empatada en esos siete estados en disputa y es muy difícil decir en este momento qué candidato obtendrá la mayoría de esos 93 votos electorales”, apunta Ayres.

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Entre el “cinturón del sol” y el “cinturón del óxido”

Cuatro de los estados en disputa se ubican en el llamado cinturón del sol: Arizona, Nevada, Carolina del Norte y Georgia. Los otros tres forman parte del conocido como “cinturón del óxido”: Wisconsin, Michigan y Pensilvania.

Arizona

Este estado del suroeste representa 11 votos del colegio electoral. Aquí Trump adelanta a Harris por tres puntos porcentuales.

En 2020, Biden ganó en Arizona por unos 10.000 votos, pero durante las últimas décadas ha sido un estado republicano. De hecho, desde 1912 nunca un candidato republicano ha llegado a la Casa Blanca sin ganar en este estado.

Arizona alberga un porcentaje importante de votantes hispanos y comparte una frontera de centenares de kilómetros con México, por lo que es uno de los lugares donde el tema migratorio ha tenido preponderancia y ha generado malestar entre los ciudadanos, aunque las cifras de cruces de migrantes han caído en los últimos meses.

El asunto migratorio es una de las grandes armas de Trump contra Harris dado que durante el gobierno de Joe Biden y Harris creció el número de personas que llega a la frontera.

Aquí también hubo una fuerte polémica por el tema del aborto, debido al intento fallido de la legislatura estatal controlada por los republicanos para instaurar una prohibición del aborto casi total.

La defensa del derecho al aborto es un asunto que motiva a ir a las urnas a los votantes demócratas, por lo que favorece a Harris.

Trump dando un discurso junto al muro fronterizo en Arizona.

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,La entrada de inmigrantes por la frontera sur de EE.UU. es un tema importante en Arizona en el que se ha centrado la campaña de Trump.

Nevada

Una ventaja de 34.000 votos permitió a Biden llevarse en 2020 los 6 votos del colegio electoral de Nevada.

Antes del retiro de la candidatura de Biden a la reelección, Trump tenía una amplia ventaja en las encuestas, pero las cosas han cambiado con Harris y ahora Trump solamente aparece con menos de un punto por delante.

Con un porción importante de electores hispanos, la recuperación de la economía postcovid ha sido más lenta en este estado, que tiene actualmente la tasa de desempleo más alta de EE.UU.: 5,1%.

Carolina del Norte

Trump ganó en este estado por 74.000 votos en 2020 y, en la actualidad, supera a Harris en las encuestas por poco más de un punto porcentual.

Liz Mair, asesora política republicana y presidenta de la empresa de consultoría Mair Strategies, señala que un elemento que podría afectar las votaciones en este estado es la respuesta que se ofrezca ante el impacto destructivo que recientemente tuvo allí el huracán Helene.

Dos hombres circulan en un vehículo frente a una casa destruida por el huracán Helene en Carolina del Sur.

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,Los daños que el huracán Helene causó en Carolina del Norte podrían incidir en la decisión que tomen los votantes de ese estado en las elecciones.

Georgia

En 2020, Biden ganó los 16 votos del colegio electoral de Georgia por una ventaja de 13.000 votos. Los supuestos intentos de Trump por intentar revertir ese resultado -algo que él rechaza- derivaron en un juicio penal en su contra aún en marcha.

El triunfo de Biden fue posible gracias al apoyo que obtuvo de los votantes afroestadounidenses, que representan un tercio de la población de Georgia.

Sin embargo, el desencanto de estos electores -y de los hispanos- derivó en una caída del apoyo a los demócratas en Georgia, algo que Harris intenta cambiar. Por lo pronto, no obstante, se encuentra dos puntos porcentuales por detrás de Trump.

Michigan

El conocido como estado de los Grandes Lagos representa 15 votos del colegio electoral y durante los últimos dos comicios presidenciales fue clave tanto para la victoria tanto de Trump en 2016 como para la de Biden en 2020.

Durante los últimos 11 meses, sin embargo, los demócratas han enfrentado un retroceso en ese estado debido al apoyo que el gobierno de Biden le ha dado a Israel durante la guerra en Gaza. Esa reacción negativa se explica por el hecho de que Michigan es el estado con mayor proporción de población árabe de EE.UU.

A pesar de ello, Harris aventaja a Trump en las encuestas por menos de un punto porcentual. Los tres principales cargos electos del estado los ocupan mujeres demócratas, quizás un buen presagio para Harris.

Manifestantes pro-palestinos en Michigan.

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,En Michigan, votantes pro-palestinos se rehusan a respaldar a Harris por su apoyo a Israel durante la guerra en Gaza.

Wisconsin

Este estado representa 10 votos del colegio electoral y, al igual que Michigan, le dio apoyo mayoritario tanto a Trump en 2016 como a Biden en 2020. En ambos casos por un margen estrecho de unos 20.000 votos.

Los vínculos históricos con los sindicatos y el hecho de que la población es menos religiosa hace que los demócratas gocen en Wisconsin, Michigan y Pensilvania de un mayor apoyo entre los electores blancos sin estudios universitarios, un grupo de votantes que tiende a votar de forma clara a favor de Trump.

Según las encuestas, Harris cuenta con menos de un punto porcentual de ventaja sobre Trump en Wisconsin.

Pensilvania

Con 19 votos en el colegio electoral, los expertos consideran a Pensilvania como el estado péndulo más importante para ambos candidatos. Acá Trump aventaja a Harris por menos de un punto.

Whit Ayres destaca que Harris no aprovechó la oportunidad de postular como su candidato a vicepresidente al popular gobernador demócrata de este estado, Josh Shapiro.

“Eso le habría dado a su campaña una ventaja en Pensilvania, pero por alguna razón ella escogió a un candidato que no pertenece a ninguno de los estados péndulo”, dijo el experto a BBC Mundo en referencia Tim Walz, candidato de Harris a vicepresidente.

La economía -y, en especial, la inflación- es considerado como uno de los temas clave en Pensilvania, que es el estado de EE.UU. donde más han aumentado los precios de los víveres en EE.UU., de acuerdo con la consultora Datasembly.

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Qué necesitan para ganar

Valla republicana que invita a los electores a tener un plan para votar.

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,Los partidos intentan asegurarse de que ninguno de sus simpatizantes se quede sin votar.

Pero en una elección tan cerrada, ¿qué necesitan los candidatos para ganar la Casa Blanca?

Liz Mair asegura que los candidatos deberían centrar sus esfuerzos en la movilización de los electores que les apoyan.

“Ahora, cuando ya tenemos gente votando [por correo o con voto anticipado], creo que es muy poco realmente lo que los candidatos pueden hacer. Lo más obvio que puede impactar el resultado son las operaciones para aumentar la participación electoral”, dice Mair.

La experta recomienda que intenten replicar y modernizar lo que hizo la campaña de Barack Obama en 2012.

“Es una de las cosas más inteligentes que he visto hacer en una campaña. Contar con listas de tus votantes potenciales de forma de poder acercarte a ellos el día de las votaciones y asegurarte de que participen. Esa es una de las pocas cosas que los candidatos pueden controlar hasta cierto punto. Básicamente, se trata de una operación de participación”, señala Mair.

Por su parte, Ayres apunta que ya la gran mayoría de los electores han tomado una decisión y que, al estar las elecciones tan reñidas en los estados péndulo, es probable que el resultado final lo determinen un pequeño grupo de electores allí que no han decidido aún si votarán ni por quién.

El experto apunta que hay cuatro grandes temas de campaña que tienen peso en los siete estados péndulo.

“Aborto, democracia, economía y migración son asuntos críticos, aunque tienen mayor peso en un lugar que en otro. En Arizona, por ejemplo, la inmigración es muy relevante, pero todos esos temas son importantes en todos los estados péndulo”, apunta Ayres.

Un puesto para promover la inscripción de electores.

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,Los partidos deben impulsar la movilización y participación efectiva de sus potenciales votantes.

Mientras la agenda republicana se centra en la economía y la migración, los demócratas se enfocan en el derecho al aborto y la defensa de la democracia.

En el caso de Harris, Ayres apunta que ella intenta cambiar la percepción que tienen los votantes de que los republicanos saben manejar mejor que los demócratas la economía del país.

“Harris está haciendo énfasis en la economía y en su propuesta de ayuda a la clase media, para intentar cerrar la brecha de confianza sobre la gestión de la economía que ahora favorece a Trump. Eso es justo lo que ella debe hacer”, dice Ayres.

Liza Mair apunta que desde que Harris llegó a la carrera presidencial ha tenido que cerrar esa y otras brechas que existían debido a que Biden había perdido apoyo entre distintos grupos de electores, incluyendo los hispanos.

La experta cree que Harris podría intentar movilizar más el voto latino a través de su propuesta para impulsar el sector de la construcción de viviendas.

“Si ella quisiera intentar conseguir un 2% o 3% adicional entre el voto hispano, sería inteligente que saliera y hablara sobre esas políticas, pues muchos latinos trabajan en ese sector o en industrias relacionadas. Y si se construyen muchas nuevas viviendas, las oportunidades que tendrán de mejorar su situación socioeconómica serán mayores”, indica.

En el caso de Trump, Mair señala que uno de los puntos débiles que tiene es el apoyo de las mujeres que, paradójicamente, estaría perdiendo tanto entre las que apoyan el aborto como entre las que se oponen a él.

“No creo que consiga sumar a muchas mujeres aparte de las que ya lo apoyan”, dice.

Kamala Harris

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,El tema del aborto ha fortalecido la posición de los demócratas entre las mujeres y ha debilitado la campaña de Trump.

En general, Trump tiene un problema con las votantes mujeres. Creo que por eso está tratando de presionar a los electores masculinos más jóvenes, que son menos propensos a participar, pero que cuando lo hacen tienden a favorecerle”, agrega.

La experta considera que es de esperar que Trump redoble su apuesta por estos electores masculinos, así como por su discurso anti-inmigrantes.

“Él tiene que concentrarse en conseguir que salgan a votar las personas que son increíblemente hostiles a todo lo que perciben como extranjero, principalmente a los inmigrantes, y a cualquier tipo de comercio exterior. Si puede hacerlo, podría ganar y con un apoyo mayor del que la gente espera”, asegura.

“En este momento, se trata de un juego de participación, no de persuasión. Y, para Trump, probablemente siempre ha sido un juego de participación”, apunta.

Es la recta final y ante el empate técnico que reflejan los sondeos, la decisión del triunfo puede estar en manos del último puñado de indecisos.

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Separador elecciones

Aurora Apocrypha Helps Trump Crash And Burn On National Television |  Colorado Pols

Cuando el presidente estadounidense Joe Biden llegó a Kyiv en febrero de 2023 en una visita sorpresa para mostrar su solidaridad con Volodymyr Zelensky, su homólogo ucraniano, sonaban las sirenas antiaéreas.

“Sentí algo… más fuerte que nunca”, recordó él más tarde. “Estados Unidos es un faro para el mundo”.

El mundo ahora espera ver quién se hará cargo de este supuesto faro después de que los estadounidenses tomen su decisión en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.

¿Seguirá Kamala Harris la idea de Biden de que en “estos tiempos inestables, está claro que Estados Unidos no puede retroceder”? ¿O se impondrá la idea de Donald Trump de que “el americanismo, no el globalismo” debe liderar el camino?

Vivimos en un mundo en el que la influencia global de Estados Unidos está en tela de juicio.

Las potencias regionales siguen su propio camino, los regímenes autocráticos están forjando sus propias alianzas y las devastadoras guerras en Gaza, Ucrania y otros lugares plantean preguntas incómodas sobre el papel de Washington.

Pero Estados Unidos es importante por su poderío económico y militar, y por su papel significativo en muchas alianzas.

Consultamos a algunos observadores informados para que nos dieran sus reflexiones sobre las consecuencias globales de esta elección tan importante.

Poderío militar

palestinos en Gaza
Pie de foto,Palestinos sentados entre los escombros de su casa destruida en Gaza

“No puedo endulzar estas advertencias”, señala Rose Gottemoeller, exsecretaria general adjunta de la OTAN.

Donald Trump es la pesadilla de Europa, y su amenaza de retirarse de la OTAN resuena en los oídos de todos”.

El gasto de defensa de Washington equivale a dos tercios de los presupuestos militares de los otros 31 miembros de la OTAN.

Fuera de la OTAN, Estados Unidos gasta más en su ejército que los siguientes 10 países juntos, incluidos China y Rusia.

Trump se jacta de comportarse agresivamente para obligar a otros países de la OTAN a cumplir con sus objetivos de gasto, que son del 2% de su PIB; solo 23 de los países miembros han alcanzado este objetivo en 2024.

Pero sus declaraciones erráticas molestan.

Si Harris gana, Gottemoeller cree que “la OTAN sin duda estará en buenas manos en Washington”.

Pero también tiene una advertencia al respecto. “(Harris) estará dispuesta a seguir trabajando con la OTAN y la Unión Europea para lograr la victoria en Ucrania, pero no dejará de presionar a Europa [sobre el gasto]”.

Pero el equipo de Harris en la Casa Blanca tendrá que gobernar con el Senado y la Cámara de Representantes, que pronto podrían quedar en manos de los republicanos, y estos estarán menos inclinados a respaldar guerras extranjeras que sus contrapartes demócratas.

Existe una creciente sensación de que, sin importar quién se convierta en presidente, aumentará la presión sobre Kyiv para encontrar formas de salir de esta guerra a medida que los legisladores estadounidenses se muestran cada vez más reacios a aprobar enormes paquetes de ayuda.

Pase lo que pase, dice Gottemoeller, "no creo que la OTAN deba desintegrarse". Europa tendrá que "dar un paso adelante para liderar".

¿El pacificador?

El próximo presidente de Estados Unidos tendrá que trabajar en un mundo que enfrenta el mayor riesgo de un enfrentamiento entre grandes potencias desde la Guerra Fría.

"Estados Unidos sigue siendo el actor internacional más importante en materia de paz y seguridad", dice Comfort Ero, presidenta y directora ejecutiva del International Crisis Group.

Pero advierte que "su poder para ayudar a resolver conflictos se ha reducido".

Las guerras son cada vez más difíciles terminar. “Los conflictos mortales se están volviendo más intrincados, con la aceleración de la competencia entre las grandes potencias y el ascenso de las potencias intermedias”, dice Ero.

Guerras como la de Ucrania atraen a múltiples potencias, y conflagraciones como la de Sudán enfrentan a actores regionales con intereses que compiten entre sí, algunos más interesados en la guerra que en la paz.

Estados Unidos está perdiendo la superioridad moral, señala Ero. “Los actores globales se dan cuenta de que éste aplica un estándar a las acciones de Rusia en Ucrania y otro a las de Israel en Gaza. La guerra en Sudán ha sido escenario de terribles atrocidades, pero se trata como un asunto de segunda categoría”.

Una victoria de Harris, afirma, “representa la continuidad con la administración actual”.

Si gana Trump, “podría dar a Israel una mano aún más libre en Gaza y en otros lugares, y ha insinuado que podría tratar de llegar a un acuerdo sobre Ucrania con Moscú por encima de Kyiv”.

En Medio Oriente, la candidata demócrata se ha hecho eco repetidamente del firme respaldo de Biden al “derecho a defenderse” de Israel. Pero también ha insistido en que “hay que dejar de matar a palestinos inocentes”.

Trump también ha declarado que es hora de “volver a la paz y dejar de matar gente”. Pero, se ha informado que le dijo al líder israelí Benjamin Netanyahu que “haga lo que tenga que hacer”.

El candidato republicano se enorgullece de ser un pacificador. “Tendré paz en Medio Oriente, y pronto”, prometió en una entrevista con la televisión saudita Al Arabiya el domingo pasado.

Prometió ampliar los Acuerdos de Abraham de 2020. Estos acuerdos bilaterales normalizaron las relaciones entre Israel y algunos Estados árabes, pero se consideró que marginaron a los palestinos y, en última instancia, contribuyeron a la actual crisis sin precedentes.

En cuanto a Ucrania, Trump no ha ocultado su admiración por hombres fuertes como el ruso Vladimir Putin.

Ha dejado claro que quiere poner fin a la guerra en Ucrania y al fuerte apoyo militar y financiero de Estados Unidos. “Saldré de allí. Tenemos que salir de allí”, insistió en un mitin reciente.

Volodymyr Zelensky y Kamala Harris se dan la mano
Pie de foto,Volodymyr Zelensky y Kamala Harris se dan la mano.

En cambio, Harris ha dicho: “Me he sentido orgullosa de apoyar a Ucrania. Seguiré apoyándola y trabajaré para asegurar que prevalezca en esta guerra”.

Pero a Ero le preocupa que, sin importar quién sea elegido, las cosas sigan empeorando en el mundo.

Negocios con Pekín

“El mayor choque para la economía global en décadas”. Esa es la opinión del destacado experto en China, Rana Mitter, sobre los aranceles del 60% propuestos por Trump para todos los bienes chinos importados.

Imponer costos elevados a China y a muchos otros socios comerciales ha sido una de las amenazas más persistentes de Trump en su enfoque de “Estados Unidos primero”.

Pero Trump también elogia lo que ve como su propia y fuerte conexión personal con el presidente Xi Jinping.

Le dijo al consejo editorial del Wall Street Journal que no tendría que usar la fuerza militar si Pekín tomara medidas para bloquear a Taiwán porque el líder chino “me respeta y sabe que estoy [grosería] loco”.

Pero tanto el liderazgo republicano como el demócrata son militaristas. Ambos consideran que Pekín está decidido a eclipsar a Estados Unidos como la potencia global más importante.

Pero Mitter, historiador británico que ocupa la cátedra ST Lee de relaciones entre Estados Unidos y Asia en la Kennedy School de Harvard, ve algunas diferencias.

Con Harris, dice, “las relaciones probablemente se desarrollarían de manera lineal a partir de donde están ahora”.

Si Trump gana, es un “escenario más fluido”. Por ejemplo, en Taiwán, Mitter señala la ambivalencia de Trump sobre si saldría a defender a una isla que está lejos de Estados Unidos.

Los líderes de China creen que tanto Harris como Trump serán duros.

“Hay un pequeño grupo de personas de la clase dirigente (china) que favorece a Harris como ‘mejor que el oponente conocido’. Una minoría significativa ve a Trump como un hombre de negocios cuya imprevisibilidad podría significar un gran trato con China, por improbable que parezca”, dice Mitter.

Crisis climática

“Las elecciones estadounidenses tienen consecuencias enormes no solo para sus ciudadanos, sino para el mundo entero debido al imperativo apremiante de la crisis climática”, afirma Mary Robinson, expresidenta de The Elders, un grupo de líderes mundiales fundado por Nelson Mandela.

“Cada fracción de grado importa para evitar los peores impactos del cambio climático y prevenir un futuro en el que huracanes devastadores como Milton sean la norma”, añade Robinson, quien también fue presidenta de Irlanda y Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

señal en el desierto

Pero mientras los huracanes Milton y Helene causaban estragos hace unas semanas, Trump ridiculizó los planes y políticas ambientales para enfrentar esa emergencia climática como “una de las mayores estafas de todos los tiempos”.

Muchos creen que se retirará del acuerdo climático de París de 2015 como lo hizo en su primer mandato.

Sin embargo, Robinson dice que Trump no puede detener el impulso que ahora está cobrando fuerza.

“No puede parar la transición energética de Estados Unidos y reducir los miles de millones de dólares en subsidios verdes... ni puede poner fin al infatigable movimiento climático no federal”.

También insta a Harris, que aún no ha concretado su propia postura, a dar un paso adelante “para mostrar liderazgo, aprovechar el impulso de los últimos años y alentar a otros grandes emisores a que aceleren el ritmo”.

Liderazgo humanitario

“El resultado de las elecciones estadounidenses tiene una importancia inmensa, dada la influencia sin precedentes que ejerce Estados Unidos, no solo a través de su poderío militar y económico, sino también por su potencial para liderar con autoridad moral en el escenario mundial”, afirma Martin Griffiths, un veterano mediador de conflictos que, hasta hace poco, era el subsecretario general de Asuntos Humanitarios y Coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU.

Él ve más luz si Harris gana. “Una presidencia de Harris representa esa esperanza”, dice. En cambio, “un regreso a la presidencia de Trump marcada por el aislacionismo y el unilateralismo ofrece poco más que una profundización de la inestabilidad y la desesperación globales”.

Estados Unidos también es el mayor donante en lo que respecta al sistema de la ONU. En 2022, proporcionó una cifra récord de US$18.100 millones.

En su primer mandato, Trump eliminó la financiación de varias agencias de la ONU y se retiró de la Organización Mundial de la Salud. Otros donantes se apresuraron a llenar los vacíos dejados por EE.UU., que es lo que Trump quería que sucediera.

Pero Griffiths destaca una desesperación cada vez mayor en la comunidad humanitaria y más allá, y critica la “vacilación” de la administración Biden ante el deterioro de la situación en Medio Oriente.

Los jefes de las agencias de ayuda han condenado repetidamente el ataque del 7 de octubre de Hamás contra civiles israelíes.

Pero también han pedido repetidamente a Estados Unidos que haga mucho más para poner fin al profundo sufrimiento de los civiles en Gaza y Líbano.

Una valla publicitaria en Teherán
Pie de foto,Una valla publicitaria en Teherán muestra al presidente iraní y a un líder de la Guardia Revolucionaria frente a Biden y Netanyahu.

Biden y sus principales funcionarios pidieron repetidamente que se enviara más ayuda a Gaza, y en ocasiones se logró algo.

Pero los críticos afirman que la ayuda y la presión nunca fueron suficientes.

“El verdadero liderazgo surgirá de abordar las crisis humanitarias con una claridad moral inquebrantable, haciendo de la protección de la vida humana la base de la diplomacia y la acción estadounidenses en el escenario mundial”, dice Griffiths, quien cree que Estados Unidos es una potencia indispensable.

“En una época de conflicto global e incertidumbre, el mundo espera que Estados Unidos esté a la altura del desafío de un liderazgo responsable y basado en principios... Exigimos más. Merecemos más. Y nos atrevemos a esperar más”.

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