Esta investigación no solo se convirtió en tendencia local, sino que también generó una oleada de comentarios de las ya conocidas carencias del principal hospital público de la región nordeste. La relevancia de este trabajo periodístico radica en que evidencia cómo las problemáticas denunciadas desde hace décadas continúan afectando a los pacientes y al personal médico. En este contexto, resulta inevitable comparar esta situación con el reportaje publicado hace 39 años por el EL JAYA en su segunda edición impresa de 1985, titulado “Hospital San Vicente de Paúl: Se convierte en Almacén de Enfermos”.
1985: Una historia de carencias
El reportaje de 1985 describía un hospital que ya sufría de graves deficiencias: equipos médicos dañados, quirófanos inoperantes, plagas de mosquitos, y una sala de emergencias colapsada. La falta de insumos, medicamentos y personal especializado marcaba el día a día del principal centro de salud del nordeste. Testimonios de pacientes, como el de María Virgen Duarte, reflejaban el desamparo y el sufrimiento de quienes llegaban al hospital buscando alivio y encontraban, en cambio, desesperanza.
2024: Las mismas heridas abiertas
El reportaje de Nuria Piera presenta un panorama inquietantemente similar. Aunque ahora se habla de la construcción de un nuevo hospital en la comunidad de Güiza, las carencias fundamentales permanecen: infraestructura deteriorada, falta de equipos esenciales, negligencia en la gestión y condiciones insalubres. Historias desgarradoras, como la de una madre que perdió dos hijos debido a la falta de insumos y atención médica adecuada, o el caso de una joven accidentada que esperó 48 horas para ingresar a cuidados intensivos, reflejan que la vida de los pacientes sigue pendiendo de un hilo.
Ambos reportajes destacan un punto común: la incapacidad de resolver problemas básicos. En 1985, el director del hospital, Dr. Manuel Emilio Díaz, admitía que faltaban medidas efectivas, mientras defendía los esfuerzos del personal médico. En 2024, el actual director Dr. Rafael Mieses también enfrenta limitaciones en su gestión.
La comparación entre 1985 y 2024 evidencia la falta de gestión en el Hospital San Vicente de Paúl, inaugurado el 4 de septiembre de 1954, será sustituido por el nuevo centro en Güiza, que inició su construcción en el 2018 y supuestamente se entregará en una primera etapa en el 2025. El cual proyecta un aumento de la capacidad y servicios, como 320 camas y 11 quirófanos, EL JAYA entiende que esto no resolverá el problema si no se garantiza una gestión eficiente y comprometida.
La salud pública es costosa, pero si se asume el compromiso, es posible lograr un sistema que priorice las vidas de los ciudadanos. Es necesario aprovechar los ingresos que recibe el hospital del régimen subsidiado del Seguro Nacional de Salud (SeNaSa) y del Servicio Nacional de Salud (SNS) para fortalecer sus servicios. Además, el patronato de voluntarios y los comités de apoyo, junto con la sociedad civil, deben involucrarse activamente en el sostenimiento del hospital como veedores. Las organizaciones comerciales y fundaciones de servicios también tienen un rol crucial que desempeñar en este esfuerzo colectivo.
Los francomacorisanos y toda la región Nordeste merecen un sistema de salud que priorice sus vidas y dignidad.
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