El Reloj del Juicio Final, que simboliza lo cerca que está la humanidad de la destrucción, se ha adelantado un segundo hasta situarse a 89 segundos de la medianoche, lo más cerca que ha estado nunca.
El Boletín de Científicos Atómicos (BAS), que ajusta anualmente el reloj, afirma que los factores clave de este adelanto son las amenazas nucleares, los posibles usos indebidos de los avances en biología e inteligencia artificial y el cambio climático.
Daniel Holz, Presidente del Consejo de Ciencia y Seguridad del BAS, declaró que este avance era "una advertencia a todos los líderes mundiales".
El reloj se colocó originalmente a siete minutos de la medianoche en 1947. El año pasado se mantuvo en 90 segundos.
En la declaración del martes, el BAS, una organización sin ánimo de lucro con sede en Chicago, afirmaba que "al acercar el reloj un segundo a la medianoche, enviamos una señal clara".
"Dado que el mundo ya se encuentra peligrosamente cerca del precipicio, un cambio de incluso un solo segundo debe tomarse como una indicación de peligro extremo y una advertencia inequívoca de que cada segundo de retraso en invertir el rumbo aumenta la probabilidad de un desastre global".
"Este reloj constituye un crudo diagnóstico de nuestra realidad", advirtió el expresidente colombiano y Nobel de la Paz Juan Manuel Santos.
Santos, que preside la organización The Elders (Los mayores), fundada por Nelson Mandela, participó en la presentación del reloj.
"La única respuesta eficaz es que las naciones trabajen juntas, por eso es tan alarmante que el presidente Trump haya manifestado su intención de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París", expresó Santos en referencia al tratado internacional que busca limitar el calentamiento global.
El colombiano también lamentó la "perjudicial" decisión de Trump de sacar a EE.UU. de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que "tendrá enormes ramificaciones para la seguridad sanitaria mundial".
El Boletín de Científicos Atómicos advirtió de que la guerra en Ucrania -que se acerca a su tercer año desde la invasión rusa- "podría convertirse en nuclear en cualquier momento por una decisión precipitada, un accidente o un error de cálculo".
"El conflicto en Oriente Próximo amenaza con descontrolarse y desembocar en una guerra más amplia sin previo aviso".
El grupo de científicos también afirmó que "el pronóstico a largo plazo para los intentos del mundo de hacer frente al cambio climático sigue siendo malo, ya que la mayoría de los gobiernos no logran promulgar las iniciativas financieras y políticas necesarias para detener el calentamiento global".
En el ámbito biológico, prosiguió el BAS, "las enfermedades emergentes y reemergentes siguen amenazando la economía, la sociedad y la seguridad del mundo".
También advirtió de que "una variedad de otras tecnologías disruptivas avanzaron el año pasado de forma que hacen que el mundo sea más peligroso".
"En Ucrania y Oriente Medio se han utilizado sistemas que incorporan la inteligencia artificial a los objetivos militares, y varios países están avanzando en la integración de la inteligencia artificial en sus ejércitos".
La organización subrayó que todos estos peligros "se ven exacerbados en gran medida por un potente multiplicador de amenazas: la propagación de información errónea, desinformación y teorías conspirativas que degradan el ecosistema de la comunicación y difuminan cada vez más la línea que separa la verdad de la falsedad".
Según el BAS, Estados Unidos, China y Rusia "tienen el poder colectivo de destruir la civilización", y añadió que las tres naciones "tienen la responsabilidad primordial de sacar al mundo del abismo".
"Aún estamos a tiempo de tomar las decisiones correctas para hacer retroceder las manecillas del Reloj del Juicio Final", apremió Santos. "En Colombia decimos 'cada segundo cuenta'".
En 2020, las manecillas del reloj se movieron a 100 segundos de la medianoche. Los años siguientes, en 2021 y 2022, las agujas se quedaron en el mismo lugar, pero en 2023 se avanzaron hasta los 90 segundos, donde permanecieron en 2024.
En 1991, con el final de la Guerra Fría, Estados Unidos y la Unión Soviética firmaron el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START, por sus siglas en inglés), el primer tratado que preveía profundos recortes en los arsenales de armas nucleares estratégicas de ambos países, lo que llevó al Boletín a retrasar la aguja del reloj 17 minutos antes de la medianoche.
Esa fue la vez que más lejos han estado las manecillas del reloj del desastre.
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